viernes, 20 de febrero de 2015

ALIMENTACIÓN DE LA MUJER EMBARAZADA - realizado por Evangelista Sanchez Nancy


Una dieta sana para una mujer embarazada debe contener alimentos con un alto contenido nutricional, mientras que debe ser pobre en otros alimentos de escasa densidad en nutrientes, como son los azúcares y los alimentos refinados. Durante el embarazo, la dieta puede requerir suplementos de minerales o de vitaminas, especialmente hierro, calcio, vitaminas D y ácido fólico. Conviene limitar la ingesta excesiva de sodio para evitar el desarrollo de hipertensión, así como la ganancia inadecuada de peso. 

Dieta equilibrada durante el embarazo 

La mujer embarazada debe comer una dieta equilibrada mientras persista su estado. Se admite que los requerimientos diarios recomendados (RDAs), a excepción del hierro, se pueden obtener, habitualmente, con una dieta balanceada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las necesidades alimenticias de las embarazadas pueden variar según condiciones individuales. 
Normas dietéticas durante el embarazo 

La mujer embarazada necesita unas 300 calorías adicionales al día para su mantenimiento.

Por ello, considerando los grupos de alimentos, se recomienda que para las mujeres embarazadas las cantidades de porciones de alimentos de los cuatro grupos básicos sean las siguientes: 
- 4 o más porciones de frutas y de verduras (vitaminas y minerales).
- 4 o más porciones de pan y de cereales integrales o enriquecidos (energía).
- 4 o más porciones de la leche y de productos lácteos (calcio).
- 3 o más porciones de carne, ave, pescados, huevos, legumbres y guisantes (proteína).
 



Minerales, vitaminas y proteína durante el embarazo 

Hierro
El hierro se necesita en altas dosis, especialmente en las fases finales del embarazo. Es un mineral esencial para la formación de los hematíes de la sangre y no es probable que una mujer embarazada consuma bastante en una alimentación habitual. Incrementar el aporte de hierro es necesario no solo por las demandas fetales, sino también por el gran aumento que experimenta su volumen sanguíneo. 

Las mujeres embarazadas deben comer alimentos ricos en hierro para prevenir una deficiencia de hierro y evitar la anemia. Alimentos ricos en hierro son: espinaca, brócoli, fresas, carnes, granos enteros, frutos secos, legumbres

Los requisitos adicionales del hierro durante el embarazo no se pueden resolver solamente con la dieta y por ello es necesario habitualmente recurrir a suplementos.

Calcio 
La mujer embarazada requiere un 40% adicional de calcio al día. El calcio es esencial para mantener la integridad del hueso de la mujer y el desarrollo esquelético del feto. RDA para calcio es de 1200 mg, suficiente para proveer las necesidades maternales y fetales. Debe aumentar su ingesta de alimentos ricos en calcio, tales como productos lácteos, si no toman leche, ni otros lácteos deben tomar un suplemento de calcio . 

Sodio
Aunque el sodio no necesita ser limitado durante embarazo, sin embargo, se recomienda no realizar una ingesta excesiva. La mujer embarazada debe evitar los alimentos procesados o los denominados "chatarra" ya que son ricos en sodio. Demasiada sal puede conducir a la hipertensión, y el consumo de demasiado alimento salado puede favorecer el aumento del peso. 




Folato (ácido fólico o folacina)
El embarazo duplica las necesidades de una mujer embarazada en cuanto a folato. Es esencial para la síntesis de proteína, formación de nuevas células, y producción de sangre. Suficiente folato disminuye el riesgo de defectos del tubo neural, como espina bífida y anencefalia. La deficiencia grave de folato puede dar lugar a anemia, entidad en la que el corazón, el hígado y el bazo de la madre pueden aumentar tanto que llegue a amenazar la vida del feto. 


Alimentos ricos en folato son: huevos, verduras de intenso color verde, naranjas, legumbres, y germen del trigo.

Aunque no hay un acuerdo general en la necesidad de suplementar folato para todas las mujeres embarazadas, sin embargo se recomiendan suplementos, sobre todo para las embarazadas que son fumadoras, bebedoras o vegetarianas.


Vitamina D
La vitamina D es necesaria para la absorción de calcio y para el mantenimiento y desarrollo normal de sistema óseo tanto de la madre como del feto. Las mujeres con baja ingesta de vitamina D debe tomar leche fortificada, especialmente las que tienen exposición mínima a la luz del sol, la suplementación diaria debe ser de unos 10 mg. 

Proteína
La cantidad estimada de proteína durante el embarazo es de 60, unos 15 más que la normal. Los alimentos ricos en proteínas suelen ser fuentes excelentes de vitaminas y de minerales, tales como hierro, vitamina B6, y zinc.
La carencia de proteínas no es un problema habitual, puesto que la dieta de la mayoría de la gente contiene cantidades adecuadas, o aún excesivas, dealimentos ricos en proteínas. 









***Para más información acerca de alimentación
podemos consular la Guía de alimentación (salud) .





ALIMENTACIÓN EN EL ADULTO MAYOR - realizado por García Martínez Carmen

Promocion a la salud (alimentación del adulto mayor)
__








El envejecimiento es un proceso continuo, universal e irreversible que determina una pérdida progresiva de la capacidad de adaptación. En los individuos mayores sanos, muchas funciones fisiológicas se mantienen normales en un estado basal, pero al ser sometidos a estrés se revela la pérdida de reserva funcional.

Una buena alimentación es fundamental en cada una de las etapas de nuestra vida desde la infancia hasta la vejez. Los aspectos básicos de una dieta son los mismos a lo largo de nuestra vida, pero las necesidades nutricionales individuales cambian a medida que vamos envejeciendo. Además, la correcta absorción de los alimentos puede verse afectada por alguna enfermedad.



Los adultos mayores necesitan los mismos nutrientes (proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales) que los jóvenes, pero en cantidades diferentes. Algunos pueden ser más necesarios que otros. Además, para los adultos mayores la fibra es esencial para mejorar la digestión y evitar el estreñimiento.



Conforme envejecemos, requerimos menos energía (calorías) que cuando éramos jóvenes. Esto se debe a que los procesos naturales del organismo requieren menor energía cuando disminuye la actividad física y hay una menor masa muscular.



Es importante informarse correctamente para que nuestros seres queridos no padezcan malnutrición por falta de información.

En cuanto a las necesidades particulares de nutrientes, a continuación le hacemos algunas recomendaciones:

  • Proteínas: el consumo no debe ser menor que el de un adulto joven y deben procurarse proteínas como pescado, pollo y carne roja, con excepción de las personas que sufren de enfermedades renales, quienes deben regir su consumo por las recomendaciones de su médico y su especialista en nutrición.
  • Grasas o lípidos: tienen funciones biológicas y estructurales muy importantes y son indispensables para vivir, sin embargo, se deben evitar excesos de grasas animales saturadas para evitar efectos nocivos en el sistema cardiovascular.
  • Carbohidratos o azúcares: deben evitarse los refinados ya que causan saciedad temprana, mala digestión y anorexia, y deben procurarse los carbohidratos complejos, como cereales integrales y frutas enteras sin procesar, ya que además proveen fibra y otras vitaminas. Las personas con diabetes mellitus deben seguir las recomendaciones de su médico en cuanto al consumo de este grupo de alimentos.
  • Fibra: ésta ayuda al tubo digestivo a la formación correcta y adecuada de bolo fecal, lo que ayuda a prevenir el estreñimiento. Se recomienda una ingesta diaria de 30 gramos. Si no se tiene el hábito de consumirla, es bueno comenzar poco a poco para evitar molestias abdominales, así como incrementar la ingesta de líquidos en la dieta. Los beneficios los irá viendo a mediano y largo plazo.
  • Hidratación: con la edad se va perdiendo el reflejo de la sed, lo cual implica un riesgo de deshidratación, es importante mantener una hidratación óptima. En este caso, los pacientes con enfermedades del corazón y riñón probablemente requerirán restricción de sodio y evitar excesos de líquidos para cuidar su salud.
  • Vitaminas: la mejor manera de tenerlas disponibles en el sistema es por la ingesta balanceada de alimentos, más que por suplementos. Sin embargo, hay dos vitaminas particularmente importantes y de las cuales ocurre una deficiencia frecuentemente: la vitamina D, indispensable en la mineralización del hueso, y la B12, indispensable en la trasmisión nerviosa. Es recomendable acercarse con su médico especialista de confianza para detectar, evaluar y tratar estas deficiencias.

La nutrición es la piedra angular para  prevenir y tratar padecimientos. Cada persona tiene sus requerimientos particulares, por eso es importante acudir a un especialista para analizar su situación de manera individual. Siguiendo algunas recomendaciones, podrá vivir plenamente esta etapa de su vida, con tranquilidad para usted y para aquellos que le aman.