Tres de los factores de riesgo cardiovascular –la
obesidad, el colesterol y la hipertensión- pueden reducirse si adoptamos unos
nuevos hábitos a la hora de alimentarnos, apostando por una dieta
cardiosaludable.
Y, así, podemos llegar a reducir nuestro riesgo de
sufrir una enfermedad del corazón. Se han establecido una serie de pautas que conforman
esas nuevas costumbres alimentarias “cardiosaludables”.
- Incluya numerosas frutas y verduras en su dieta diaria.
- Tome cereales, especialmente integrales.
- Elija productos libres de grasa: aves sin piel ni grasa, carnes magras, pescados…
- Tome, preferentemente, aceite de oliva virgen.
- Busque un equilibrio entre el número de calorías que ingiere cada día con la cantidad que utiliza en su actividad diaria. Tenga en cuenta su tipo de trabajo y estilo de vida; si es sedentario quema menos calorías.
- Limite el número de comidas con alimento cero y altas en calorías: bebidas gaseosas, golosinas…
- Reduzca el consumo de productos con grasas hidrogenadas (están muy presentes en alimentos precocinados e industriales).
- Modere la ingesta de sal. Para potenciar el sabor utilice especias.
- Controle el número de bebidas alcohólicas.
Cuando se
habla de mala nutrición, se vincula a la mala salud, no solo asociado a
personas delgadas sino también aquellas que tienen sobre peso. Una mala nutrición
se manifiesta cuando el organismo no consume los alimentos adecuados y por lo
tanto los nutrientes que necesita diariamente no los tiene, y empieza a
manifestar ciertas irregularidades en su crecimiento y función. A veces una
mala nutrición, no es lo suficientemente notoria y no presenta síntomas, en
otros casos pueden ocasionar daños que son irreversibles. Las personas con
estas características, pueden perder, masa muscular, sentirse cansada, agobiada
por la tarea diaria, a veces un poco débil o confusa. Ciertos problemas de
visión pueden aparecer, o problemas relacionados con la piel; no nos olvidemos
también que se pueden manifestar también en los huesos, por falta de calcio.
Los profesionales deben averiguar en cada paciente, las costumbres
alimenticias, su actividad física, se ingieren alguna medicación, para poder
diagnosticar luego y realizar así una dieta equilibrada rica en nutrientes.
Muchas veces se encuentran pacientes con una cierta
debilidad y mucho cansancio, producto de una mala nutrición, provocando de esta
manera anemia o problemas de tiroides. En un niño, una mala nutrición, puede
impedir o detener el crecimiento, muchas veces los padres concurren a los
especialistas con el fin de determinar el problema, y se descubre que en su
alimentación hay una falta de nutrientes que impiden el desarrollo del
crecimiento. Por eso es importante que en su primera etapa de vida, los niños
ingieran alimentos ricos en nutrientes para no padecer enfermedades
posteriores.
Los niños con una mala nutrición, suelen tener una
mala salud, y por lo general un desarrollo mental más lento. Vamos a ver ahora,
problemas que tienen las madres antes y durante el embarazo, que traen
problemas al recién nacido, dado que no se pudo desarrollar correctamente en su
gestación. Muchas veces puede ser por tabaquismo y muchas otras por una mala
nutrición, durante el embarazo, y esto trae como consecuencia un inadecuado
peso al nacer, comprometerá a todos los sistemas metabólicos que están
conformando en la gestación.
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